Educación en crisis, desafíos del camino a seguir

Educación
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El cierre de las escuelas a nivel mundial ponen en evidencia su fragilidad y a su vez muestra un nuevo camino a seguir.

 

La suspensión de clases provocada por la pandemia del Covid-19 presenta grandes desafíos a los sistemas educativos del mundo. Hace 5 años, los estados miembros de las Naciones Unidas se comprometieron en avanzar en la Agenda 2030, cuyo objetivo 4, liderado por la UNESCO, se refiere a garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.

Hoy, millones de niños, niñas y jóvenes del mundo están confinados en sus casas y las grandes brechas de acceso a la educación corren el riesgo de ampliarse. Aún en los países más desarrollados existen dificultades para que todos y todas puedan acceder a la educación a distancia por medio de plataformas digitales que son el medio más efectivo para que, estando en casa, se logren desarrollar los aprendizajes.

a crisis actual está obligando a los países a desarrollar nuevas maneras de cumplir con el derecho a la educación de millones de estudiantes que deben permanecer en casa y el guatemalteco no es la excepción. No será fácil para la escuela recuperar a miles de estudiantes en situación de vulnerabilidad. Pasaron las épocas de concebir a la educación como un proceso exclusivamente escolarizado, de transmisión de conocimientos contenidos en un currículo rígido y difícil de aplicar, culturalmente homogéneo y poco exitoso en términos de aprendizaje básico; recordemos los resultados negativos de las pruebas estandarizadas que cada año han reiterado cuanto hemos fallado en la intención de educar y el bajo logro de los graduandos en áreas de matemática y lenguaje.

La situación exige repensar la educación con flexibilidad para colocar como prioridades el aprender para solucionar problemas, pensar críticamente, tomar decisiones que convienen individual y colectivamente y ya no con la finalidad de evaluar para asignar una nota a la repetición de contenidos previstos. Hoy se rompen los paradigmas rígidos de la educación y se buscan nuevas formas de provocar oportunidades de aprendizaje y valorar el que se obtiene a través de la experiencia y la adaptación a una situación crítica, así como por medio de la lúdica, el arte y la lectura.

El siglo 21 exige educar para la convivencia pacífica, el compromiso con los demás y con el planeta, como vías hacia el desarrollo sostenible. Es necesaria una educación acorde a esta época de revolución tecnológica, en competencias digitales para docentes y estudiantes; lo cual evidencia la necesidad de una política pública de internet que brinde conectividad a nivel nacional para el desarrollo humano, científico y tecnológico del país.

Una educación que reconozca el papel de los docentes como actores clave del proceso educativo porque son quienes tienen vínculos cercanos con la niñez y la juventud, además de la enorme responsabilidad de su formación. La situación actual ha evidenciado la profunda vocación de miles de maestros y maestras que han tomado la iniciativa de continuar educando a pesar de la distancia y los recursos limitados con los que cuentan.


Fuente: UNESCO