La colaboración entre los difusores, las autoridades del sector educativo y los docentes ha sido uno de los factores del éxito en la aplicación de programas educativos por éstos medios masivos de comunicación.
La pandemia de COVID-19 ha provocado uno de los mayores trastornos de la educación que el mundo ha conocido, afectando a más del 90% de la población estudiantil mundial. Numerosos países optaron por la educación a distancia en línea para garantizar la continuidad del aprendizaje.
No obstante, según un estudio reciente realizado por el Instituto de Estadística de la UNESCO (UIS, por sus siglas en inglés) y Teacher Task Force, unos 826 millones de alumnos (50%) de los alumnos que permanecieron fuera de las aulas debido a la pandemia no tienen acceso a una computadora en sus casas. Alrededor de 706 millones no tienen acceso a Internet y 56 millones viven en regiones no atendidas por las redes móviles. Muchos países han tenido que encontrar rápidamente soluciones eficaces a esta situación, y la televisión y la radio han demostrado ser una buena alternativa cuando el aprendizaje en línea no es posible.
Considerando la brecha tecnológica existente, la mayoría de los países del mundo utilizan también programas de televisión y/o de radio para poner en marcha el aprendizaje a distancia. África parece ser el continente más activo en los esfuerzos que se han llevado a cabo para sacar provecho de la radio y la televisión (70% de los países), es decir, una mezcla de los dos (34% de los países), mientras que se considera que Europa y América del Norte utilizan menos la radio que otras regiones, pero se mantienen muy activas en el despliegue de la educación a distancia.
El interés de las emisiones educativas difundidas por la televisión y la radio va más allá de las necesidades de los estudiantes. En algunos países, estos programas han sido elaborados para proporcionar un aprendizaje intergeneracional, en el que figuran las lenguas locales, y que incluyen también cuestiones tales como la salud y el bienestar psicosocial, dos elementos importantes para respaldar a las poblaciones afectadas por la amenaza que representa el COVID-19.
No obstante, la puesta en marcha y la utilización de la radio y la televisión como herramientas para impartir la enseñanza a distancia representan desafíos mayores, tales como:
- Que el contenido educativo no se encuentre disponible en los formatos audiovisuales.
- Las dificultades de determinados países para elaborar contenidos significativos en cantidad y de calidad en poco tiempo.
- La ausencia de colaboraciones precedentes en la concepción y difusión de los contenidos educativos.
- La necesidad de comunicación y colaboración entre los especialistas del ámbito educativo y los profesionales del sector audiovisual para elaborar planes de estudio.
- La carencia de práctica y experiencia en el seguimiento de la evaluación del aprendizaje…
- Todos los participantes presentes estuvieron de acuerdo en que para lograr la puesta en marcha exitosa de los programas existen tres aspectos fundamentales: la colaboración, el pragmatismo y un enfoque centrado en los alumnos.Fuente: UNESCO
El aprendizaje por conducto de la radio y TV en tiempos del COVID-19
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